El General Mena, famoso por sus insinuaciones sobre una hioptética intervención militar para frenar el Estatut, afirma en su libro que "Llegado el caso, tendrá que ser esa misma institución [la Corona], respaldada firmemente por las Fuerzas Armadas, la que salvaguarde la unidad de España si los políticos la ponen en peligro y la Justicia no interviene".
Suerte que contamos con un Estado democrático en el que el pueblo es soberano y la Consitución reconoce el pluralismo y el principio de representatividad como pilares básicos del Estado de derecho. Este tipo de personajes del pasado, que nos hacen recordar a tiempos en los que el poder se concentraba en el "mando y ordeno", merecen todo el descrédito por nuestra parte. Estas actitudes, como los de la Santa Conferencia Episcopal, no se adecuan a un país que avanza, que quiere ser moderno, que quiere dotar a sus ciudadanos de derechos. Jóvenes: sed críticos ante estas barbaridades
miércoles, 20 de febrero de 2008
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