Noticias del día después

El debate de Lakoff

Preparado, dirigido, insustancial, hermético y encorsetado. Poco más ha dado de sí un combate que había preparado cada toma y unos candidatos que habían ensayado cada dato. Poco lugar para la improvisación, la sorpresa, el guiño y la personalidad propia. Sólo guión, repetición, estancamiento y confrontación. Decía Josep Ramoneda en su columna radiofónica que ‘Zapatero había ganado más en la opinión pública que en la publicada’, y es que pocos medios se atreven a pronosticar un ganador absoluto en un partido tan tosco. Con un terreno de juego tan impracticable, era difícil que los dos adversarios pudieran dar rienda suelta a sus mejores jugadas. No hubo lugar para el análisis, la didáctica, la definición o la inventiva. Sólo para el golpe, la contraréplica y el choque. Quizá debamos acostumbrarnos a la teoría de Lakoff, el neurocientífico que ha revolucionado la política norteamericana con su teoría de los ‘marcos mentales’ según la cual obedecemos a premisas preconcebidas que nos llevan a actuar con independencia de la razón. Según Lakoff, el ciudadano norteamericano seguía viendo a Bush como sinónimo de ‘seguridad’ pese a su pésima política internacional. ZP seguirá siendo un traidor que ha agredido a las víctimas del terrorismo. Entonces, ¿para qué debatir?

Cartell Campanya JSC Badalona

¿Quién dijo qué?

El golpe de Estado de Mena

El General Mena, famoso por sus insinuaciones sobre una hioptética intervención militar para frenar el Estatut, afirma en su libro que "Llegado el caso, tendrá que ser esa misma institución [la Corona], respaldada firmemente por las Fuerzas Armadas, la que salvaguarde la unidad de España si los políticos la ponen en peligro y la Justicia no interviene".
Suerte que contamos con un Estado democrático en el que el pueblo es soberano y la Consitución reconoce el pluralismo y el principio de representatividad como pilares básicos del Estado de derecho. Este tipo de personajes del pasado, que nos hacen recordar a tiempos en los que el poder se concentraba en el "mando y ordeno", merecen todo el descrédito por nuestra parte. Estas actitudes, como los de la Santa Conferencia Episcopal, no se adecuan a un país que avanza, que quiere ser moderno, que quiere dotar a sus ciudadanos de derechos. Jóvenes: sed críticos ante estas barbaridades

Cuando la política llega al corazón

Campanya suport a ZP

Pregunta a los candidatos en youtube

El ocaso iraní

Han pasado ya ocho años desde que Marjane Satrapi sorprendió a propios y extraños con un flamante premio al mejor guión del festival de cómics de Angulema, que, para los que no somos avezados en el tema, es algo así como la meca del género. En "Persépolis" la joven iraní narraba en clave autobiográfica el lado oscuro de la mal llamada Revolución Iraní. Satrapi y su familia vieron como se coartaron sus ansias de libertad con la llegada de los Ayatolá al gobierno iraní. Ya sea porque no es muy corriente ver una mujer dibujante de cómics, y mucho menos iraní, Satrapi pronto se hizo con el reconocimiento internacional, tanto es así que la adaptación cinematográfica no para de cosechar premios. Después de triunfar en Cannes y Valladolid, el filme acaba de recibir un premio del festival de Rotterdam y ha sido nominada por Francia como candidata a mejor película en habla no inglesa para los Óscar. Sin duda, la gran favorita.

Las falsas apariencias

Que nadie se lleve a engaño. Ciertas imágenes indican sólo una apariencia, una estudiada farsa diseñada estratégicamente para permanecer en la retina de los espectadores, pero que nada tiene que ver con la realidad. Mientras Rajoy se jacta de hacerse una foto con la 'Champions League'de Europa, es Zapatero quien recibe los elogios y las simpatías de los líderes de las dos potencias europeas. Angela Merkel reconoció que 'ya le gustaría" tener el mismo crecimiento económico de España para su país mientras Sarko se vanagloria de tener un aliado en Europa para la lucha organizada contra el terrorismo. La derecha española se aleja cada vez más de las estrategias de sus socios europeos. El historial de reaccionarismo y distanciamiento del PP con Francia y Alemania está pasando factura incluso en lo referente a las relaciones con sus socios liberales y demócrata-cristianos. Nadie se siente cómodo con alguien que cambió Bruselas por las Azores.